¿Cómo debo corregir a otro cristiano cuando hace algo que no está bien? El Papa ha dado la respuesta a esta pregunta valiéndose del pasaje del evangelio (Mateo, 18) en el que se explica que la primera acción del cristiano debe ser de forma personal. Si no hace caso, se inicia una «intervención progresiva» que indica, señala el Papa, «el esfuerzo que el Señor pide a su comunidad para acompañar a quien se equivoca, para que no se pierda».
En este sentido, es importante saber diferenciar entre la corrección fraterna, símbolo de la comunidad cristiana, y las habladurías o el cotilleo. «Es, ante todo, necesario evitar el clamor de la habladuría y el cotilleo de la comunidad –ésta es la primera cosa, evitar esto–. Ve y corrígelo en privado (v. 15). La actitud es de delicadeza, prudencia, humildad, atención hacia quien ha cometido una culpa, evitando que las palabras puedan herir y matar al hermano. Porque ¡también las palabras matan!».El Papa ha recordado después que, «en realidad, ante Dios todos somos pecadores y necesitados de perdón. Todos. Jesús, de hecho, nos ha dicho no juzgar», por lo que, «entre las condiciones que acomunan a los participantes en la celebración eucarística, dos son fundamentales, dos condiciones para ir bien a Misa: todos somos pecadores y a todos Dios dona su misericordia».