Caminar desde Cristo.: Lecturas del XXXII Domingo del Tiempo Ordinario 10...:
La primera lectura es del Libro de los Macabeos y narra el martirio que
siete hermanos sufrieron por confesar y no negar al único Dios
verdadero. Los judíos creían en una resurrección que solamente alcanzaba
a los justos y a los mártires. Pero Jesús nos dice que todos
resucitaremos y que seremos como ángeles.
El salmo 16 era una plegaria matinal, el despertar era el momento de
rezar a Dios Todopoderoso. El cristianismo siempre ha visto en este
salmo como una alusión a la resurrección, incluso se ha pensando que
para los judíos también contenía una alusión velada a ese momento del
despertar para la eternidad.
La segunda lectura es de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los
Tesalonicenses, propia de estos domingos hasta el Adviento. Pablo
sugiere que no debe haber temor ante los Tiempos Últimos porque tenemos
la fuerza de Dios que nos lleva a obrar y hablar bien. Es Dios quien nos
inspira.
El Evangelio de San Lucas que se proclama hoy contiene una figura
llamada “la trampa saducea” y que es frecuente en el lenguaje político o
jurídico. Cuando los saduceos –que no creían en la resurrección— se
acercan a Jesús quieren proponerle un tema sin más solución que la de
ellos. Pero Jesús les enseña algo en lo que nunca habían pensado: que
cuando resucitemos seremos como ángeles y que las necesidades de esta
vida mortal no aparecerán en esa Vida Futura. Para nosotros, Jesús de
Nazaret nos hace una promesa de eternidad que, creyendo en ella, ha de
cambiar nuestra existencia terrena.
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