sábado, 30 de junio de 2012

San Juan de Avila, Doctor de la Iglesia.

El Papa Benedicto XVI ha anunciado que San Juan de Ávila será proclamado Doctor de la Iglesia Universal el próximo 7 de octubre. La última Asamblea Plenaria de la CEE, celebrada del 23 al 27 de abril de 2012, aprobó un Mensaje en el que se puede conocer brevemente quién es San Juan de Ávila, cuál es la actualidad de su vida y de su mensaje y qué significa que vaya a ser proclamado Doctor de la Iglesia. Al finalizar la Misa que ofició en la Catedral de La Almudena con miles de seminaristas de todo el mundo, el pasado mes de agosto del 2011 en la JMJ de Madrid. Así se cumple con lo anunciado el pasado mes de mayo, cuando la Congregación para la Causa de los Santos abordó la posibilidad de nombrar doctor de la Iglesia al conocido como Apóstol de Andalucía y auténtico reformador. Su influencia en el Concilio de Trento fue fundamental para la institución de los Seminarios.Anuncio ratificado al finalizar la Misa que ofició en la Catedral de La Almudena con miles de seminaristas de todo el mundo, el pasado mes de agosto del 2011 en la JMJ de Madrid. (
Alberto Royo Mejía/InfoCatólica) San Juan de Ávila nació el 6 de enero de 1499 (o 1500) en Almodóvar del Campo (Ciudad Real), de una familia profundamente cristiana. Sus padres, Alfonso de Ávila (de ascendencia israelita) y Catalina Jijón, poseían unas minas de plata en Sierra Morena, y supieron dar al niño una formación cristiana de sacrificio y amor al prójimo. Estudió filosofía y teología en la Universidad de Alcalá y fue considerado como uno de las más influyentes y elocuentes figuras religiosas de la España del siglo XVI. Fue amigo de San Ignacio de Loyola y consejero espiritual de Santa Teresa, además de San Francisco de Borja. Como sacerdote mostró tal elocuencia, que el Arzobispo de Sevilla le pidió que se dedicara a la evangelización en su región. Trabajó durante 9 años en las misiones de Andalucía. Famoso predicador, fue acusado ante la Santa Inquisición de Sevilla por predicar el rigorismo y la exclusión de los ricos del Reino de los Cielos. Luego de ser liberado, se dedicó a misionar en todas las regiones de España, principalmente en las ciudades. Los más famosos de sus escritos son sus cartas y el tratado: "Audi Filia". Fallecido en Montilla en 1569, fue beatificado en 1894, declarado Patrono del clero secular español por Pío XII en 1946 y canonizado por Pablo VI en 1970. La Compañía de Jesús celebra su fiesta como si se tratase de uno de sus miembros, ya que Juan veneró siempre a esta orden y a su fundador. Reformador El magisterio de Juan de Ávila no terminó con su vida. Sus abundantes escritos han influido notablemente en la historia de la espiritualidad y de la renovación eclesial. En la Biblioteca de Autores Cristianos sus obras conocidas ocupan varios volúmenes. Se enumeran no menos de catorce ediciones generales españolas y tres en otras lenguas, en distintas épocas. De obras por separado son numerosas las ediciones y versiones a distintos idiomas. De su Epistolario hay al menos veintitrés ediciones extranjeras. El tratado "Audi Filia" es un clásico de la espiritualidad. Se tradujo muy pronto al italiano, francés, alemán e inglés. Los católicos perseguidos en Inglaterra encontraban en él un gran aliento. Fray Luis de Granada afirmaba: "Lo tengo en la cabeza por haberlo leído muchas veces". Felipe II lo tenía de libro de cabecera. El Cardenal Astorga, arzobispo de Toledo, decía: "este libro ha convertido más almas que letras tiene". Su influencia en el Concilio de Trento ha sido puesta de manifiesto por los especialistas. No pudo participar en él por su precaria salud. Pero a través del Arzobispo de Granada, D. Pedro Guerrero, envió dos Memoriales, que fueron acogidos en el aula conciliar con aplauso general. Sus criterios influyeron en los acuerdos de este Concilio en temas de tanta importancia como la institución de los Seminarios, la reforma del estado eclesiástico o la catequesis, de modo que Pablo VI pudo decir en la homilía de canonización que "el Concilio de Trento adoptó decisiones que él había preconizado mucho tiempo antes". El Maestro Ávila pertenece a ese grupo de verdaderos reformadores que alentaron e iluminaron la renovación de la Iglesia en aquellos tiempos recios del siglo XVI. Su influencia se puede comprobar también en varios Concilios provinciales de aplicación de Trento: en los de Toledo, Granada, Santiago de Compostela, Valencia y, pasando al Nuevo Mundo, en el tercer Concilio de Lima y de México.

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