San Juan de Ávila:
predicador, director espiritual y reformador.
por Luis Fernando Figari
El Apóstol de Andalucía, como fue conocido Juan de Ávila, nace según se cree el 6 de enero de 1499, en Almodóvar del Campo (Ciudad Real), en la jurisdicción de Toledo. Fue hijo de un acaudalado descendiente de cristianos nuevos, Alonso de Ávila, y de Catalina Xijón (1), hidalga de sangre, quienes constituían un hogar cristiano piadoso. En Almodóvar realiza Juan sus primeros estudios, pasando luego, en 1513, a estudiar leyes en Salamanca. Luego de cuatro años, abandona sus estudios jurídicos y regresa al ambiente familiar, donde vive en aislamiento en la casa de sus padres. Dado a una intensa vida espiritual en que se confesaba a menudo, vio nacer una vigorosa piedad eucarística manifestada en sus largas y frecuentes visitas al Santísimo y en la unción con la que comulgaba. Esta situación parece responder según fray Luis de Granada (2), su primer biógrafo (3), a que «le hizo Nuestro Señor merced de llamarle con un muy particular llamamiento». Al tiempo reanuda sus estudios sistemáticos, pero esta vez no de leyes.
En 1520 se le encuentra cursando artes, pero ya no en Salamanca sino en Alcalá de Henares. Fue alumno de fray Domingo de Soto, O.P. (4), quien enseñaba desde una renovadora perspectiva escolástica. Culminada esta etapa con el grado de bachiller, continuará en Alcalá por un trienio sus incompletos estudios de teología. El Cardenal Francisco de Cisneros (5), fundador de la universidad complutense, había establecido el sistema de cátedras paralelas en las que se exponía los sistemas del hoy Beato Juan Duns Scoto, de Santo Tomás de Aquino y de los Nominales, en alusión al nominalismo (6). Existe una muy remota posibilidad de que quizás en 1526 conociera en Alcalá a Iñigo López de Loyola (7), más adelante fundador de la Compañía de Jesús. En 1526, sale de la universidad formado en la corriente trisistémica renovada de Alcalá (8). Estaba ya entonces decidido a ordenarse y embarcarse a América como misionero.
Cabe señalar que antes de finalizados sus estudios, fallecieron sus padres, legándole una gran fortuna, cuyos beneficios repartió entre los pobres. El mismo año de 1526, recibe el sacramento del Orden, y canta su primera misa en memoria de sus progenitores. Luego de la celebración del Santo Sacrificio, según relata fray Luis de Granada: «por honra de la Missa, en lugar de los banquetes y fiestas que en estos casos se suele hacer (como persona que tenía ya mas altos pensamientos) dió de comer à doce pobres y les sirvió à la mesa y vistió y hizo con ellos otras obras de piedad».
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